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 HUAZIHUL SAN JUAN RUGBY CLUB

CACIQUE DESDE 1927

LA IMPORTANCIA

 DEL

RUGBY INFANTIL

Hoy nuestro Rugby se basa casi exclusivamente en un trabajo piramidal, dónde el pico de la misma es la Selección Nacional, nuestros Pumas, o los equipos de divisiones superiores dentro de un club o Unión.

    En estos equipos nos encontramos con varios entrenadores, Preparadores Físicos especializados, Aguateros, Utileros, en una sola palabra todo el club está en función del equipo de categoría Superior , el equipo que nos hace visibles hacia fuera, el equipo competitivo nato, el que defiende los Colores del club.

    Que lamentable que no nos podamos dar cuenta que no es el equipo Superior del club el que nos hace famosos, que no es el equipo superior , el que nos hace trascender en el tiempo, que no es éste equipo el que nos marca un camino a seguir.

    Sino, es éste equipo el que nos muestra el objetivo final, muestra una meta a lograr, y a mi criterio en general no quedamos bien representados, dado que los mismos están tan obsesionados y presionados por ganar, ganar a toda costa, el de obtener un resultado, que se olvidan de jugar y hasta en un cierto momento se olvidan de vivir, porque el Rugby es un JUEGO, nada más que un JUEGO, y como tal es para vivenciarlo con alegría, disfrutándolo cada minuto del partido, con la satisfacción de poder con un buen rendimiento y funcionamiento, lograr el triunfo, pero este triunfo se obtiene como suma de esfuerzos compartidos, esfuerzos normales, acordes a la exigencias del Deporte.

    Acá es cuando debemos hacer una alto y determinar que lo importante dentro del Rugby, es el Rugby Infantil, el deporte Infantil, es y deberá ser tomado por primera vez en serio por todos los integrantes del deporte, dado que a partir de él , con un buen o mal trabajo realizado en la enseñanza del Rugby Infantil, en la base del Deporte, se podrá ver el trabajo seriado en todas sus divisiones desde los más chiquitos, hasta la división superior del club y evaluar el crecimiento en su totalidad.

    Pero no solo necesitamos darnos cuenta de la seriedad que ser le debe imponer respeto hacia el Rugby infantil , en lo relacionado a la enseñanza y práctica del mismo , sino especialmente en la FORMACIÓN DE RECURSOS HUMANOS , si en la formación de cada hombre que tiene relación directa o indirecta en la enseñanza y en la coordinación de las distintas actividades , incluyendo a los propios niños .

    Debemos tomar conciencia sobre el trabajo actual, determinar los problemas que regionalmente y particularmente dentro de cada club tenemos y buscar estrategias específicas para cada uno en particular, pero la base del trabajo es la :

 

 

CAPACITACIÓN Y ACTUALIZACIÓN CONSTANTE Y PERMANENTE , si el comprender que el estar a cargo de la responsabilidad de ser parte de la formación de un NIÑO, formación que no solo va en lo estrictamente deportivo, sino fundamentalote desde lo humano, siendo esta una de las tareas mas importantes dentro de la enseñanza del Rugby.

    Debemos ser cocientes sobre nuestra directa responsabilidad con relación al trabajo tanto en la calidad como el la cantidad del mismo, debemos saber el porqué le pedimos tal o cual actividad y si el Niño , lo puede o no hacer según su propia etapa evolutiva, etapa que está relacionado por su aptitud, capacidad, edad, factores Psicológicos, físicos y madurativos de cada uno en particular, dado que cada niño es un ser ÚNICO.

 

     Tenemos  que  tomar la verdadera responsabilidad de hacer un examen criterioso de nuestros conocimientos, dado que muchos de ellos, ya se han quedado en el tiempo, o que estamos transfiriendo al niño lo poco o mucho que hemos aprendido como Jugadores, entrenadores, espectadores o padres, sin haber tenido en la mayoría de los casos, la experiencia de haber vivenciado el Deporte desde el campo de juego como Jugador de divisiones Infantiles, habiendo sido únicamente meros espectadores del juego, sin haberlo practicado, que con muy buena predisposición, muy buenas actitudes personales dejando mucho tiempo y afecto hemos tomado a nuestro cargo una división de Rugby Infantil.

    Pensando en vos alta y luego de haber escuchado a muchos entrenadores que se cuestionan a diario :

  • Pero estamos seguros del trabajo que realizamos?

  • Estamos Formados técnicamente para estar a cargo de un grupo de niños?

  • Nos hemos capacitado, realizando cursos, congresos, charlas y consiguiendo material acorde al trabajo?

  • Contamos hoy con bibliografía actualizada Rugby Infantil?

  • Que tipo de asesoramiento especializado tenemos en nuestro club, Unión .

  • Realizamos reuniones con otros Maestros de Rugby , Entrenadores y o Profesores de Educación Física , para programar las actividades?

  • Buscamos estrategias nuevas para atraer a los niños al Deporte?

  • Estamos trabajando bien  o nos estamos equivocando ?

  • El ver videos  de partidos , nos capacita  para poder  estar a cargo de un grupo de niños .

   Como verán estas son algunas de las cosas en las que deberíamos sincerarnos y poder a partir de nuestro planteo realista de la situación que nos toca vivir, encontrar las estrategias y planteos metodológicos específicos que coloquen al niño como el centro de la tarea Educativa, dado que nuestra misión es una tarea eminentemente Docente y debemos plantearla como tal, siendo en todo momento Imagen y Agente de Salud, debiendo elevar el nivel de exigencia de nuestro diario accionar al máximo, dónde a mi criterio no podemos darnos el lujo de fallar.

fuente: http://www.rugbyinfantil.org.ar

“DEL OTRO LADO DEL ALAMBRE, POR FAVOR”-M.BARANDIARAN

A través de los años que llevo viendo rugby en todas sus divisiones, observo actitudes que me parecen reprochables en el rugby. Me refiero a los entrenadores, padres y simpatizantes que se pasan todo el partido dándole indicaciones a los jugadores cuando estos están intentando desarrollar su juego. Seguramente quienes tienen esta actitud los hacen con toda su buena voluntad creyendo que de esta manera lograran mejorar el juego de sus jugadores.

 

Pero en realidad en realidad estoy convencidos que el efecto es justamente inverso.

 

Tengo siempre en mi memoria una frase de Carlos Salvador Bilardo cuando dirigía el Seleccionado Nacional Argentino. En su etapa preparatoria jugando frente a Suiza en una determinada jugada se le acerca a Néstor Clausen y le pregunta porque motivo realizó la jugada que había hecho. La respuesta del jugador fue –“pensé que era lo más adecuado” – a lo que el técnico replicó – “Ud. no piense, eso lo hago yo, dedíquese a jugar “.

Cuando observo partidos de rugby y veo la actitud de los entrenadores gritando sobre la línea de cal a sus jugadores siempre me viene a la memoria la charla ente Clausen y Bilardo.

Queda la sensación que debemos, además de saber rugby, tener que demostrarlo en los partidos arengando a nuestros jugadores como si ellos no fueran lo suficientemente inteligentes como para poder buscar soluciones a los problemas que el juego les está planteando.

La actitud del entrenador al costado de la cancha dando permanentemente indicaciones provoca en el jugador un efecto nocivo porque el comportamiento policíaco que este ejerce, lo priva del aprendizaje que un partido le brinda y “retrasa” su desarrollo. El jugador se limita a obedecer órdenes todo el tiempo con el temor que si no cumple puede ser cambiado o no jugar el próximo partido.

El jugador de rugby está dentro de una cancha por muchos motivos: el enorme placer que le da jugar rugby; por sus condiciones básicas y su compromiso por el juego; por los conocimientos que tiene y que debe aplicarlos para jugar bien. En resumidas cuentas, qué sabe del juego y como actúa en consecuencia. Todos estos atributos no deben ser avasallados por el entrenador dando órdenes permanentemente desde afuera haciendo que las capacidades del jugador queden en nada.

Claro que la pregunta que se estarán haciendo es que para que sirve un entrenador? Y la respuesta es que para muchas cosas pero en el caso exclusivo del juego debería ser el generador de estrategias para que puedan ser ejecutadas por los jugadores, así de simple son obstruir la audacia, creatividad e inspiración de los ellos. Todo esto debe ser desarrollado los días del entrenamiento, entendiendo que durante el desarrollo del partido todo tiene que haber estado hecho con anterioridad y que la función en ese momento es la de ser un gran observador para poder detectar los problemas que el juego le están proponiendo al equipo y que éste no puede resolver.

Durante el desarrollo del partido es factible dar alguna indicación a un jugador o a otro, pero esta indicación debe surgir de un análisis racional que difícilmente pueda hacerse pegado a la línea de cal.

Dos reflexiones escritas por Roberto Perfumo: “1) Es importante entender que los equipos que deseen jugar a bien, deben jugar solamente versus sus adversarios ocasionales y no contra su propio entrenador y 2) los entrenadores deben comprender que ellos no juegan, ni tocan la pelota aunque la tentación sea muy fuerte. Esto los ayudará a pensar mejor durante el partido”.

Probablemente si logramos con el aporte de todos que podamos observar los partidos “del otro lado del alambre” estaremos cumpliendo con lo establecido por el reglamento de competencias pero mucho más importante que eso es que seguiremos colaborando con la formación de nuestros jugadores con decisiones propias.

Fuente: entrena rugby

“TENGO UN HIJO RUGBIER…”

¿Usted sabe señor? Yo tengo un hijo rugbier… Un buen día apareció por casa con la novedad de que quería jugar al rugby. Al principio traté de sacárselo de la cabeza. Le confieso que con mi señora teníamos un poco de miedo, nos parecía un deporte muy brusco y peligroso. Pero ante su insistencia accedimos por fin a que probara -“PROBARA” nada más- con la esperanza, como había ocurrido antes con todo lo que había emprendido, y pronto se cansara y abandonara.

Y ahí empezó la cosa, mejor dicho los entrenamientos y al poco tiempo los partidos (comprar botines, camiseta, medias, etc., etc.). Ante mi sorpresa su entusiasmo no decrecía, al contrario, aumentaba con el tiempo, hasta que un buen día le dije a mi señora “vieja, hoy juega en el club, vamos a verlo”.

 

Usted sabe señor, cuando salieron a la cancha sentí un nudo en la garganta al verlo tan chiquitito con su uniforme del Club y la cancha tan grande…Cuando nos vio pareció crecer como si nos dijera “¿Ven? Formo parte del equipo del club”.

Después comenzó el partido… ¡Ay señor! Que mal rato pasé. Todos se peleaban por la pelota y cuando alguno la conseguía lo tiraban al suelo y empezaban de nuevo… íntimamente deseaba que él no la agarrara… pero la agarró y el mundo se le cayó encima; casi entro a la cancha para salvarlo. Pero pasó la jugada y se paró y siguió corriendo con todo entusiasmo y al fin terminó el partido. Y ante mi asombro vi como se abrazaba con los rivales y así salían todos de la cancha. Vea señor… en ese momento una leve luz comenzó a hacerse en mi cerebro y quise saber un poco más de ese deporte que yo desconocía, donde después de andar a los revolcones por la pelota, salían de la cancha de esa manera, riéndose y comentando el partido…

Y comencé a concurrir más asiduamente y a entenderlo cada día un poco más, a entender sus leyes. Y ocurrió lo inevitable… Un día en un partido -para ese entones yo me creía un erudito- me pareció que un referee se había equivocado y en lo más profundo de mi ser, como hincha y como padre, discutí con ese referee al finalizar el partido. Lo recuerdo como si fuera hoy: él era un poco mayor que mi hijo y cuando estaba demostándole su proceder, vi a mi hijo que pasaba al lado nuestro abrazado con un chico del equipo contrario…Y vea señor… nunca voy a olvidar la mirada de reproche que vi en sus ojos y lo que después en casa me explicó.

“Mirá papá –me dijo- a mí me enseñaron que el rugby es un deporte de caballeros, donde todo se hace por amor al deporte, y nosotros acatamos y cumplimos eso. Y si alguien se equivoca lo vamos a aceptar porque alguna vez nos vamos a equivocar nosotros y lo van a aceptar del mismo modo”… ¿Y usted sabe señor?... después agregó. “Hoy me hiciste quedar mal ante compañeros y contrarios; por eso, para tratar de enmendar tu error te pido un favor (a esta altura yo creía que me iba a pedir que no fuera más a verlo; sin embargo no fue así) “…y ese favor es que vayas a verme cinco partidos y que durante ellos, hagas el sacrificio de no hablar una sola palabra ni a favor ni en contra”.

Le juro señor que estaba tan avergonzado que acepté sin vacilar y durante esos cinco partidos comprobé que podía haber equivocaciones pero en la mayoría de las veces el equivocado era yo, y sin protestar, no solamente apreciaba mejor el partido; también pude darme cuenta de que detrás de cada silbato de un referee hay un ser humano, joven o viejo, que tiene algo en común: su gran amor por el rugby. Ese amor, esa gran dedicación, no merece la afrenta de la duda.


Respuesta y reflexión: 

 

¿Sabe una cosa señor? Entiendo sus emociones; son muchas las personas que se sentirán identificadas con sus palabras… y, ni qué hablar de las madres, en esa tendencia sobreprotectora que caracteriza al sexo femenino, donde por temor a que algo les suceda a nuestros hijos, terminamos convirtiendo esa idea en un pensamiento fijo y persecutorio, haciendo que niños sanos y normales se transformen en seres dependientes y temerosos.

Pero le voy a contar una cosa señor. El deporte es una escuela de vida, donde más allá de habilidades, nos enseñan a resolver situaciones, a crecer, a jugar, a incorporar lo nuevo desechando lo que no sirve, a respetar al otro…y es así señor que entre tantos partidos, competencias, rivales, vamos aprendiendo a “batallar” para luego aplicarlo a la esencia de la vida misma. Acaso la vida ¿no es una eterna batalla, una eterna competencia? En ella nos jugarnos por lo que deseamos, necesitamos competir. Sin competencia no hay excelencia, nos estancaríamos. Hay una frase que dice: “En la medida en que te venzo, siento que puedo, siento que me mido”.


Y sabe señor, ¿cuál fue el origen de estos valores en el rugby? Permítame que le cuente. La primea Escuela de Rugby fue dirigida por Thomas Arnold, rector de 1828 a 1841. Este gran pedagogo inglés fue quien dio origen al nacimiento del deporte contemporáneo. Consideraba que el hombre, más allá de su físico y sus innatas habilidades, dependía de su intelecto, su educación y su excelencia moral. Es así que centrándose en los valores de la educación inglesa, utilizó el deporte para poder ejercitarlos y ponerlos en práctica en las competencias, transformando a los alumnos en “caballeros del juego”. De ahí la frase que dice que el rugby es un deporte de caballeros.

Y es ése, el espíritu del deporte el cual forma parte de su esencia, porque el rugby ha estado desde siempre ligado a su costado formativo, aunque en los últimos tiempos muchos de esos valores no se vean en la cancha. Arnold comentaba el poder del espíritu para afrontar los problemas humanos, donde los valores de la educación eran perdurables e irreemplazables. Estos debían ser aplicados a toda actividad empezando con el juego, como el rugby, para poder trasladarlo luego a la vida. Y déjeme que le comente otra cosa señor... Thomas Arnold ejerció gran influencia en Pierre de Coubertin, creador de los Juegos Olímpicos, quien afirmaba que la riqueza y la vitalidad de Gran Bretaña se debía principalmente a su sistema educativo, en esa época único en el mundo y fue así que adoptó la filosofía de Arnold para aplicarla en el movimiento olímpico. Por eso, usted me comenta del fair play, las reglas, el respeto por el otro, la disciplina, las normas. Podríamos resumirlo como el valor pedagógico del espíritu del deporte, donde se ponen en práctica los valores de la vida aplicados al juego limpio.

Por eso señor, sigamos acompañando a nuestros hijos en este deporte. No tengamos miedo, somos los padres quienes debemos enseñarles a defenderse del peligro. El peligro siempre está, pero son nuestros hijos quienes deben saber diferenciar la realidad que les toca vivir. El rugby es un deporte de contacto, no lo podemos negar, pero acaso es que no vemos otros peores peligros como el alcohol, la falta de límites, la intolerancia hacia el otro. No sé señor, son muchas las cosas que en este momento pasan por mi cabeza.

Tratemos de no perder el espíritu del deporte, basado en la educación de este gran hombre que luchó por hacer del mismo un juego de caballeros. Nosotros educamos a nuestros hijos, pero también debemos dar el ejemplo, no gritando, no silbando, no insultando al refere. Entiendo su posición en ese momento pero recuerde que se aprende más del ejemplo que de las palabras.Es responsabilidad de todos, de hacer prevalecer su espíritu y transmitirlo de padres a hijos. Gran Bretaña fue quien dio origen al lema: “el rugby es un juego de villanos jugado por caballeros”. El rugby es la vida misma elevada a “quince”, donde, como usted bien dice señor, luego de la derrota se le da la mano a los rivales agradeciéndoles, ya que sin ellos no se hubiera podido jugar. El reconocimiento nos hace humanos, y éste es el primer valor que debemos sostener en el deporte

M-19

Entrenadores: Gatica Nicolas; Bettio Alfredo 

Manager: Abecasis Marcelo  

M-17

Entrenadores: Acuña Alejandro, Platero Alejandro

Manager: Peña Marcelo 

M-16

Entrenadores: Mugnos Mariano, Polilla Gerardo

Manager:  

M-15 

Entrenadores: 

Manager: